Ecologistas en Acción denuncia que a pesar de la situación crítica del Mar Menor y de la multitud de iniciativas que se prometen desde el gobierno Regional, la realidad es que la situación del Campo de Cartagena ha cambiado poco.
Así, advierten, la organización ha denunciado la semana pasada una roturación de más de 90 hectáreas en el paraje de La Corverica, perteneciente al municipio de Fuente Álamo. La roturación, que ha afectado a terrenos de cultivo de secano y zonas sin cultivar, parece encaminada a la puesta en regadío intensivo, contraviniendo diferentes leyes ambientales, así como el Plan de la Cuenca del Segura, y destacando precisamente la Ley 1/2018, de 7 de febrero, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad ambiental en el entorno del Mar Menor.
Esta roturación puede afectar a la vía pecuaria Vereda de Corverica a Fuente Álamo, además de a especies de aves rapaces y esteparias que se encuentran en el Catálogo de Especies Amenazadas de Fauna Silvestre de la Región de Murcia, y que utilizan la zona como área de nidificación, caza y campeo, entre las que se encuentan Búho real (Bubo bubo), Águila culebrera. (Circaetus gallicus), Carraca europea (Coracias garrulus), Paloma zurita (Columba oenas), Alcaraván (Burhinus oedicnemus) o la Totovía (Lullula arborea).
Por otro lado, la Dirección General de Medio Ambiente se encuentra actualmente tramitando un proyecto de intensificación de cultivo de regadío en el paraje de Lo Poyo, ante el que la organización ha presentado alegaciones. El proyecto transformaría unas 90 hectáreas de cultivo herbáceo a un cultivo de cítricos bajo cubierta de malla protectora con estructura semejante a invernadero, con la intensificación que ello supone en uso de agua, fertilizantes y productos fitosanitarios a lo largo de todo el año, en un área que se encuentra a menos de 500 metros del Mar Menor, afectando al humedal de Lo Poyo, y un claro impacto visual en el Paisaje Protegido Espacios Abiertos e Islas del Mar Menor.
Por otro lado, son terrenos en los que existe presencia certificada de metales pesados provenientes de la actividad minera de la Sierra de Cartagena, por lo que su transformación agudizaría los procesos erosivos y la llegada de dichos metales por escorrentía al Mar Menor y al humedal de Lo Poyo.
La organización critica que se sigan produciendo roturaciones y cambios de uso del suelo encaminados al aumento, intensificación e industrialización del regadío en el Campo de Cartagena, a pesar de la situación crítica del Mar Menor y de que se anuncian decenas de iniciativas encaminadas a solucionar el mal estado ecológico del Mar Menor.
Para Ecologistas en Acción, el Mar Menor no tiene salvación posible que no pase por la reducción del regadío intensivo, en especial en la primera franja de costa. Para ello debe haber una eliminación de las superficies ilegales, una reconversión ambiental del sector en todo el Campo de Cartagena, una recuperación ambiental de cauces, de la primera franja costera y de todo el dominio público, como las vías pecuarias.
El Gobierno Regional, la Confederación Hidrográfica y los Ayuntamientos deben trabajar al unísono para velar por el estricto cumplimiento de la legalidad vigente, y establecer las restricciones adicionales que se requieran, entre otras iniciativas.
Sin este compromiso institucional, nada cambiará en el Campo de Cartagena, y el Mar Menor estará definitivamente condenado a morir.